Por norma general, las cámaras de vigilancia van conectadas a la luz para tener un suministro de energía que les permita trabajar de manera ininterrumpida. Hay que tener en cuenta que se trata de equipos destinados a la seguridad de inmuebles y recintos de todo tipo de usos, por lo que una interrupción puede suponer un incremento considerable del riesgo de actuación delictiva.
Pero en ocasiones las cámaras se deben instalar en lugares apartados, de difícil acceso o en los que tal vez el suministro eléctrico sufra cortes o apagones con relativa frecuencia. En ese caso jamás se debe asumir el riesgo de instalar un equipo que no pueda funcionar al 100%. Para esos casos concretos la solución son las cámaras de vigilancia dotadas con baterías.
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Cámaras de vigilancia para lugares especialmente complicados
Hay muchos ejemplos para ilustrar la conveniencia de instalar cámaras de vigilancia con baterías. Uno de ellos, tal vez el más común, es el de los almacenes o edificios en el campo. El robo de material agrícola o incluso de productos es, lamentablemente, habitual en las zonas rurales. Herramientas, maquinaria, utensilios de todo tipo, son objetos codiciados por los amigos de lo ajeno, que ven en el campo un lugar ideal para actuar. Zonas aisladas, sin iluminación y sin vigilancia.
En este caso, la instalación de una cámara puede servir de medida disuasoria eficaz. O, al menos, puede ayudar a identificar a los responsables del asalto. Hay que tener en cuenta que hay cámaras que incluso ofrecen una buena visión nocturna, ideales para la protección en este tipo de almacenes.
También pueden ser muy útiles para la vigilancia, por ejemplo, de zonas perimetrales alejadas de una casa de campo, cuando la parcela o el terreno es muy grande y no se dispone en todo el recinto de suministro eléctrico.
Cámaras seguras y fiables
El hecho de que funcionen a batería no significa que este tipo de cámaras no sean fiables, al contrario. Se trata de equipos con una gran autonomía, diseñados para ofrecer una duración muy prolongada en el tiempo. Y cuando hablamos de tiempo, realmente hablamos de meses.
Son cámaras, además, con una buena sensibilidad. Hay modelos capaces de recoger imágenes en situaciones de iluminación casi extremas y otras que, además, ofrecen movimiento para una vigilancia más exhaustiva. Cámaras, por otra parte, que soportan sin problemas las condiciones climatológicas más adversas sin mayores problemas.
Cuando se necesite vigilancia en un coto de caza, una casa de campo, un almacén donde se guardan útiles y equipos de valor, las cámaras de vigilancia a baterías son una excelente opción. Son resistente, fiables y ofrecen una autonomía mucho más que interesante. Hay, además, modelos para casi cualquier necesidad.