Un control de accesos es esencial en muchas situaciones: en entradas a empresas, espacios públicos, recintos de ocio, y también en el caso de aparcamientos. Son espacios en los que estos sistemas son vitales para la seguridad, para la circulación ordenada de personas, para el control del personal y para la organización del tráfico dentro de los parkings.
Cada una de estas situaciones requiere de un sistema de control de accesos diferente, con medios de control que a veces no tienen nada que ver, que se pueden incluso complementar y que garantizan la máxima seguridad en cualquier recinto. Y hoy en día ya no resulta extraño ver este tipo de sistemas en edificios y recintos públicos y privados de todo tipo.
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¿Por qué un control de accesos en un parking?
Hay dos motivos fundamentales. Uno es la racionalización de la circulación y el uso del aparcamiento y otra la seguridad. Comenzando por este último aspecto, hay que tener en cuenta que en muchos recintos o edificios el parking es una puerta de entrada que debe estar tan vigilada como la peatonal. Cuando se trata de un aparcamiento de uso exclusivo de trabajadores, el control de accesos evitará el uso fraudulento de las plazas y el acceso de personas no autorizadas. Y lo mismo ocurre con los aparcamientos de edificios residenciales.
En otros casos, como en aparcamiento públicos, más que una cuestión de seguridad, que también es importante, es una cuestión de regulación eficiente de los espacios disponibles y la circulación. El control de accesos impedirá que entren más vehículos de los que realmente caben en el área, evitando colapsos por saturación.
Y hay que considerar que hoy en día muchos edificios como centros culturales, museos u hospitales disponen de aparcamientos propios y con un tránsito continuo, de modo que este tipo de sistemas se hace esencial.
Sistemas en el control de accesos de un aparcamiento
Todos conocemos el tradicional sistema de tickets que funcionan en los parkings públicos que mencionábamos. Pero hay otros sistemas, según las necesidades y el recinto en el que esté instalado. Por ejemplo, en empresas, es habitual que el control de accesos funcione con la misma tarjeta que usa el empleado para acceder al edificio por la puerta peatonal. Una tarjeta personal e intransferible que le identifica como trabajador. Otras veces el funcionamiento es a través de un teclado alfanumérico, o combinando ambos.
En cualquier caso, lo más relevante es que un control de accesos racionaliza el uso del aparcamiento cuando este es de carácter público y ofrece la máxima seguridad cuando se trata de empresas, viviendas o edificios públicos. Y no hay que olvidar que se trata de sistemas cada vez más avanzados y sofisticados para evitar manipulaciones malintencionadas.