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Cámaras de Vigilancia: el mejor guardián
La seguridad es fundamental en todos los aspectos de la vida, en el doméstico y también en el empresarial. Esta es la razón de que el uso de cámaras de vigilancia esté tan extendido. Podemos verlas en casi cualquier sitio: en puertas de viviendas, en el perímetro de recintos vallados, en accesos a instituciones públicas, en el transporte e, incluso, en las calles.
Hace unos años llamaban la atención, hoy prácticamente no nos fijamos en ellas, pero están ahí, cumplen una función y se han convertido en imprescindibles. Una cámara da seguridad ante la posibilidad de sufrir actos delictivos, pero también ofrece otro tipo de protección muy interesante: por ejemplo, en recintos cerrados, como ascensores, permite ver lo que ocurre en su interior ante casos de averías, o en recintos amplios permiten hacer un barrido para comprobar que no queda nadie en su interior antes de proceder al cierre.
Tipos de cámaras de vigilancia
Su uso se ha extendido y su variedad es, por esta razón, muy amplia para poder adaptarse a todas las necesidades. Existen, en primer lugar, cámaras de interior y de exterior, podría pensarse que son iguales, pero no es así, porque las de exterior están adaptadas para poder funcionar sin problemas y ofrecer una buena imagen tanto durante el día como durante la noche.
La gran mayoría de las cámaras que hemos visto ofrecen imagen en blanco y negro, pero, cuando se necesita una buena calidad y nitidez también se pueden instalar en color. Estas son ideales para, por ejemplo, comercios. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que necesitan luz, por ello si las condiciones lumínicas no son buenas habrá que decantarse por el blanco y negro. Existe una alternativa: cámara a color que automáticamente pasan a b/n cuando la iluminación se reduce.
Según la movilidad de que dispongan, existen cámaras fijas, que ofrecen una imagen continua de un punto en concreto, y cámaras móviles que permiten enfocar al lugar que nos interesa en cada momento, más versátiles aunque ello signifique un coste mayor.
Y aún hay otros tantos tipos de cámaras de vigilancia: analógicas o digitales, inalámbricas, de pequeñas dimensiones, cámaras IP que envían la imagen a través de internet para que se pueda contemplar desde un dispositivo electrónico, cámaras espías que se pueden colocar en casi cualquier lugar y pasan completamente inadvertidas, etc. El abanico de posibilidades es muy amplio.
Y la tecnología sigue investigando para ofrecer cámaras cada vez más sensibles y que ofrecen imágenes de mejor calidad. Pero, como en todo, hay que contar con un buen asesoramiento, porque no todas las cámaras se pueden instalar con garantías en todos los lugares en los que se pueda plantear su uso.