Los sistemas de control de accesos son cada vez más habituales y ya son comunes en espacios como centros de enseñanza, empresas de todo tipo u hospitales. Es una manera de evitar el paso de personas no autorizadas a espacios especialmente sensibles o que pueden entrañar riesgos para curiosos o despistados.
Hasta no hace mucho, lo más habitual era el uso de simples tarjetas de identificación con una banda magnética o como mucho, con una clave alfanumérica. Sin embargo, este tipo de sistemas, aunque eficaces para algunos espacios, a veces no son suficientes. Ejemplos puede haber muchos, desde laboratorios de investigación a centros de documentación o lugares en los que se manejan elementos peligrosos en los que es necesario garantizar al máximo la seguridad.
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Ventajas del Control de Accesos Biométrico
Una simple tarjeta que se puede prestar, perder u olvidar facilitando su uso fraudulento, no es suficiente en muchas circunstancias. Por ello, se han diseñado otro tipo de sistemas mucho más fiables y difíciles de engañar como son los biométricos.
La biometría es infinitamente más segura, ya que se basa en aspectos corporales que ni se pueden prestar ni se pueden falsificar, como puede ser una huella dactilar o el iris (reconocimiento facial). Por tanto, utilizar estas variables en la identificación del personal autorizado es más fiable que cualquier otro sistema.
Y no solo eso, sino que se puede complementar con el método de verificación de la tarjeta o la clave para garantizar al máximo la seguridad del recinto que se desea proteger.
Además, los sistemas que ahora mismo hay en el mercado permiten almacenar miles y miles de huellas o datos de comprobación, además de fotos. Son adecuados, incluso para recintos en los que el movimiento de personal autorizado es constante y elevado.
Biometría para controlar espacios de interés
Al pensar en biometría es fácil caer en el error de que estos sistemas se utilizan solo en instalaciones secretas o que guardan objetos o documentos de valor incalculable, pero no siempre es así.
Existen instalaciones en las que las medidas de higiene deben ser extremas, como es el caso de los laboratorios. Hay espacios a los que no se debe acceder con elementos como tarjetas, susceptibles de presentar contaminación. Los sistemas biométricos de control son en estos casos indispensables.
Estos sistemas, por otra parte, garantizan la correcta identificación de cada una de las personas que se mueven por los espacios protegidos sin margen de error, una gran ventaja cuando la seguridad debe primar ante todo.
Un control de acceso biométrico, por lo tanto, representa el mayor nivel de seguridad del que ahora mismo se puede disponer para garantizar el tránsito solo de personas autorizadas por un espacio determinado.
Redactado por Javier Romero