Un sistema de Control de Accesos cumple un buen número de funciones que a veces se desconocen. Se trata de sistemas que van mucho más allá de ser una barrera para evitar el acceso de personas no autorizadas a un determinado espacio o recinto.
Es este el uso quizá, más habitual, pero este tipo de sistemas sirven también para controlar entradas y salidas de personal; para ordenar el uso o la capacidad de lugares como recintos en los que se desarrollan actos multitudinarios; o para racionalizar el uso de garajes, en los que hay que impedir la entrada cuando las plazas ya están ocupadas.
Los sistemas de control de accesos han evolucionado hasta convertirse en sistemas multifunción que permiten ampliar la seguridad y controlar también el uso de espacios e incluso las jornadas laborales.
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Control de accesos y productividad
En el caso particular de empresas, negocios o lugares con un número elevado de trabajadores, los controles de accesos permiten mejorar la productividad ¿Cómo? Vigilando horarios de entradas y salidas. Estos dispositivos permiten el acceso, pero también registran los movimientos de los empleados, racionalizando así el tiempo permitido, por ejemplo, para el descanso y, a la vez, evitando abusos.
Los más modernos sistemas ofrecen incluso la posibilidad no solo de fichar los movimientos del personal, sino también de establecer horarios o zonas restringidas para determinadas personas. Además, implican un importante ahorro, al evitar tener que contar con personal específico de vigilancia.
Control en espacios sensibles
La impaciencia o la curiosidad hacen que, a veces, haya personas que intenten acceder a lugares no permitidos. Un ejemplo fácilmente comprensible son las salas de urgencias de un hospital.
El control de accesos en estos casos permite que el personal pueda moverse con total libertad por las instalaciones, pero que éstas sean inaccesibles a familiares de pacientes que, en un momento dado y llevados por la ansiedad, quieran entran a comprobar qué ocurre en la sala de atención médica.
Es solo un ejemplo, pero sus beneficios son extensivos a otro tipo de instituciones o empresas, como pueden ser laboratorios donde se realizan investigaciones o negocios en los que se guardan materiales o documentos que no pueden estar al alcance de cualquiera.
Un sistema de control de accesos se convierte, por tanto, en un elemento importante en todo lo relacionado con la seguridad y la protección de espacios sensibles. Además, ya existen infinidad de dispositivos que no entorpecen la circulación de las personas, tarjetas que ponen en marcha los mecanismos de apertura a distancia o que tan solo hay que acercar a un lector óptico. Son, por tanto, sistemas cada vez más cómodos, fiables y seguros.
Redactado por Javier Romero